Anoche tuve un sueño,
que alegró del todo mi apagado corazón.
Doy gracias tan solo con tenerte en tan bella ilusión,
fascinado toqué el cielo siendo del todo tu dueño.
Juntos y sencillamente engalanados,
en un pequeño restaurante estamos citados,
queriéndonos contar un secreto
durante años guardado de un modo discreto.
Intentado arrancar alguna palabra,
me dirijo a ti con seria templanza.
Comenzando a balbucear por no saber que decir,
sin razonar como mis sentimientos poderte transmitir.
Expectante te muestras ante mi diálogo,
dando muestras de tu interés con graciosa sonrisa,
que me pone más nervioso y me hacen hablar deprisa,
sin encontrar del todo la forma de hacerte llegar mi decálogo.
Mis primeras palabras en decir,
un ¡te quiero a mi lado!,
cuantas veces quieras te lo puedo repetir.
Y pensando que grata respuesta no voy a recibir,
asustados mis ojos te contemplan
y pienso en la triste respuesta tus ojos me van a describir.
Mis ojos llorosos esperan respuesta,
sincera me miras y disparas tu apuesta,
queriendo responder con sinceras palabras,
grabas tu corazón en el mío y del todo lo aclaras.
Tus ojos que lo dicen todo, ¡Me quieres!
en este sueño hermoso, no me mientes
y cargado de buenas emociones
nos envolvemos en un fundente beso lleno de palpitaciones.
miércoles, 22 de octubre de 2008
EN EL FRAGOR DE LA BATALLA
En el fragor de la batalla,
en el rugir de la fiera frente a mi presencia,
recurro a tu imagen como referencia
para derrotar el temor que a mi valentía calla.
Culminado está el sendero de mi vida,
predestinado a la humildad en el día a día,
a sabiendas que tu recuerdo consumirá el alma mía
y mi cuerpo perecerá en noche sombría.
Epopeyas de antiguas victorias,
susurro al destino que me despoje de tus heridas,
consiguiendo tan solo aumentar en el corazón esas crueles espinas
que lo desangran y destruyen como almas baldías.
Tan solo me queda una triste solución,
morir en el campo de batalla con tremenda desilusión,
conservando la creencia en el más allá y su sanación,
Con la esperanza de que reces por mi alma con profunda devoción.
Así concibo tu belleza,
en el principio de tu inocencia;
ese largo y penoso tormento
y la futura llegada de la tristeza
de los que desean y quieren,
pero sucumben al amor inquieto ,
muriendo por una creencia,
que jamás llegará a cubrir su reto,
con tan vana inocencia.
en el rugir de la fiera frente a mi presencia,
recurro a tu imagen como referencia
para derrotar el temor que a mi valentía calla.
Culminado está el sendero de mi vida,
predestinado a la humildad en el día a día,
a sabiendas que tu recuerdo consumirá el alma mía
y mi cuerpo perecerá en noche sombría.
Epopeyas de antiguas victorias,
susurro al destino que me despoje de tus heridas,
consiguiendo tan solo aumentar en el corazón esas crueles espinas
que lo desangran y destruyen como almas baldías.
Tan solo me queda una triste solución,
morir en el campo de batalla con tremenda desilusión,
conservando la creencia en el más allá y su sanación,
Con la esperanza de que reces por mi alma con profunda devoción.
Así concibo tu belleza,
en el principio de tu inocencia;
ese largo y penoso tormento
y la futura llegada de la tristeza
de los que desean y quieren,
pero sucumben al amor inquieto ,
muriendo por una creencia,
que jamás llegará a cubrir su reto,
con tan vana inocencia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)