
Deambulo por el camino de la amargura,
cabalgo por la sombra de tu mirada
y, aún después de tantos tropiezos y miseria
tan solo tu mirada me ofrece ese veneno que tanto ansiaba.
Rompes con mi venerada tradición,
de no velar por los amores furtivos,
pero después de tu inesperada aparición,
tan solo repetir los mismo castigos,
olvidarme de esos momentos vividos.
Momento inoportuno que reclama la cordura
cuando de repente me enfrento con esta lujuriosa disputa,
venerarte u olvidarte, esta es la dudosa revelación
que por toda mi cabeza perdura cual vendaval o alubión.
Deambulo por el camino de la amargura,
cabalgo por la sombra de tu mirada
y, aún después de tantos tropiezos y miseria
tan solo tu mirada me ofrece ese veneno que tanto me desquiciaba.
Aquí de nuevo ese mal que por tanto tiempo perdura
y que tantos disgustos y pesadillas en mi mantuvo.
esa persona que jamás me amó con devoción y respeto,
por su mal corazón y alma en penumbra.
Infectado por el veneno de tu mirada,
busco el remedio para esta vida desalmada,
que me transporta sin quererlo a la locura barata,
sin prometer el retorno a la armoniosa vida amada.
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